Reseña: Blasphemous 2

El Penitente está de regreso en una secuela que toma lo mejor del primer juego, al tiempo de agregar novedades llamativas para un gran resultado final.

En el 2017, un pequeño estudio con sede en Sevilla llamado The Game Kitchen irrumpía en la industria presentando a Blasphemous, un título que rápidamente se destacó por su ambientación, historia y jugabilidad. Hoy, el estudio español está de vuelta con una nueva entrega de Blasphemous que mejora en muchos apartados al primer juego.

Si algo he logrado aprender en todos estos años jugando videojuegos es que algunos de los mejores títulos aparecen desde los lugares menos esperados. En muchos casos gracias a la enorme pasión que los desarrolladores de pequeños estudios ponen, logrando entregar resultados finales tan maravillosos como lo es Blasphemous.

Desde sus primeros tráilers, inmediatamente Blasphemous se ganó toda mi atención. Al jugarlo, no pasó mucho antes de colocarse entre mis favoritos. Así, el anuncio de una secuela generó en mi un interés enorme, al igual que otros fans del primer juego.

Sin que existiera una enorme campaña de publicidad, Blasphemous 2 tuvo su lanzamiento. ¿Una secuela a la altura del juego original? Vayamos a descubrirlo.

Desde ya, es importante señalar que no es necesario haber jugado a Blasphemous para entender la historia de esta segunda entrega de la saga; sin embargo, es muy recomendable haberlo jugado para entender muchas de las referencias que aparecen.

El protagonismo recae nuevamente en la figura de El Penitente, quien tras un largo descanso tras los sucesos del DLC de Blasphemous, se pone en marcha hacia una nueva aventura, toda vez que El Milagro, un ser sobrenatural, ha maldecido a los habitantes de la tierra de Cvstodia.

Para lograr detener las maldades, El Penitente deberá recorrer diferentes tipos de escenarios que nuevamente están fuertemente inspirados en el folclore español, con muchos simbolismos que están muy relacionados a religiones como la católica o cristiana.

Además de unas estructuras que dejan boquiabierto, en Blasphemous 2 se recorrerán desde bosques, cavernas y otras zonas de lo más variadas.

Blasphemous 2 transcurre en un mundo completamente distinto al del primer juego, lo que implica que cada pasillo, habitación y paisaje son nuevos. El mapa es vasto y su diseño es sobresaliente en donde cada uno de los espacios guarda algo intrigante y útil. Si bien el combate puede ser el punto central de la entrega, explorar y descubrir lo que oculta cada nueva área me brindó un enorme grado de satisfacción.

Este mundo alberga un buen puñado de secretos, a veces resulta abrumador contemplar todas las opciones que se nos presentan y los senderos que se despliegan al explorar una zona, pero siempre hay una recompensa por hacerlo.

Para quienes jugaron el primer título se encontrarán una historia muy en la línea ya conocida, con muchas connotaciones oscuras y en algunos casos con una buena cantidad de simbolismos a los que habrá que pensarle un poco para entenderlos.

Sin entrar en muchos detalles para no revelar la historia, si puedo mencionar que esta se encuentra en la altura del primer juego, lo que ya es un punto importante a considerar ya que el primer Blasphemous destacó en su momento por su narrativa.

Jugabilidad

A nivel de jugabilidad, la gente de The Game Kitchen tomó la sólida base de Blasphemous para tener así un juego en desplazamiento lateral en 2D en el que deberemos aventurarnos en una enorme cantidad de zonas, teniendo mucho combate en el camino.

Ya en su momento, Blasphemous contaba con una jugabilidad realmente atractiva, pero para esta secuela se logró refinar puntuales apartados como el movimiento del protagonista que ahora se siente mucho más responsivo en cuanto a sus controles.

Blasphemous 2 es muy continuista a lo visto en el anterior juego, aunque si hay que destacar algunas novedades como es el caso de las armas.

Las armas que porta El Penitente son su espada, dos espadas y un incensario. Estas tres armas aportan cada una un tipo diferente de ataque como gran velocidad en las dos espadas o bien macizos golpes duros si se utiliza el incensario.

El agregado de esta variedad de armas le da al juego una capa de mayor estrategia para pensar qué arma es la mejor ante cada uno de los enemigos.

Cada arma cuenta con un rango de mejora gracias a las Marcas del Sacrificio, estatuillas talladas en madera y cuentas del Rosario. Así, podemos hacer que, por ejemplo, las espadas dobles que cuentan con una gran velocidad de movimiento tengan también más fuerza en sus ataques o el incensario al que se le puede aumentar su rapidez.

Además de las posibilidades para subirle el nivel a cada arma, en el Rosario en el que se equipan ítems potenciadores y los muchos objetos que tendrán que encontrarse explorando para poder aumentar cosas como la barra de vida o el número de viales curativos, ahora se ha añadido un espacio extra en el que pueden colocar estatuillas que dan bonificaciones.

Además de su obvio uso para derrotar a los enemigos, las armas igualmente deberán usarse para abrir ciertos caminos en el mapa, una mecánica que puede parecer algo simple, pero que hace que estés muy pendiente de que armas estar usando.

Si bien saber en qué momento usar cierta arma o tenerla bien subida de nivel será crucial, perfeccionar el contraataque y el esquive será vital para poder salir victorioso ante la legión de enemigos que estarán presentes en todo el juego.

He de reconocer que algunos jefes son complicados, pero ninguno se sintió injusto. Cada uno con su debido nivel y, con práctica, se pueden superar sin mayor problema.

Al igual que en el primer juego, los jefes lucen imponentes con diseños que nuevamente están muy apegados a la religión, pero con uno que otro giro. Enfrentarlos es tan placentero en sus mecánicas como en todo lo que corresponde a lo visual.

A destacar que los jefes mecánicamente se sienten únicos, por lo que una estrategia ya sirvió antes puede que no resulte con otro jefe.

Más allá de los jefes, Blasphemous 2 tiene un listado interesante de enemigos “normales” que, aunque cuentan con varios tipos de variantes, a final no se puede negar que vemos los mismos enemigos, aunque con un diferente aspecto.

En su jugabilidad al completo, Blasphemous 2 tiene un equilibrio muy adecuado entre ofrecer una experiencia divertida que haga que la pases bien, todo al mismo tiempo de tener una dificultad buena que representará un reto interesante.

Aspectos técnicos

Avanzando hacia la parte técnica, Blasphemous ya había destacado por su presentación de pixel art con unos visuales hermosos que combinaban mucho de simbología y estructuras medievales apegadas a la religión, todo bajo una sombría capa.

Para Blasphemous 2, en The Game Kitchen pulieron todavía más la parte visual para no solamente tener un pixel art que me atrevo a decir es de los mejores que he visto, sino que además cuenta con una dirección artística de primera con una paleta de colores un poco más vivida que el primer juego, luciendo mucho esta en los diferentes escenarios.

A nivel de personajes, el estudio responsable del juego hizo desde cero a los personajes, traduciéndose esto en nuevas animaciones que se ven y se sienten ahora mucho mejor, especialmente en los épicos enfrentamientos contra jefes.

Jugando en una Xbox Series S, Blasphemous 2 se comporta magistralmente, algo normal debido a la presentación pixel art en 2D que tiene el título. Aun así, la estabilidad en el framerate estuvo a la altura desde el principio y hasta el final.

En lo que ya es la banda sonora, Carlos Viola regresa para hacer un trabajo magistral en cuanto a las nuevas composiciones que se pueden escuchar, trayendo de vuelta todo ese toque español, aunque ahora con un tono un poco más alegres.

Al igual que la primera entrega, esta secuela cuenta con doblaje al castellano, quedando este perfecto si tomamos en cuenta que la inspiración en escenarios va muy de la mano con lo que es toda la rica cultura española, ofreciendo así un amplio abanico de personajes, cada uno de estos llegando a tener su propio acento.

Conclusión

Blasphemous 2 es una excelente secuela, manteniendo muchos aspectos destacados del primer juego, agregando novedades para un resultado final muy destacado.

El juego logra mantener la intensa ambientación y la narrativa críptica que caracterizó al original, sumergiendo al jugador en un mundo oscuro y simbólico inspirado en el folclore y la religión española. La expansión de escenarios, desde bosques hasta cavernas, y la profundización en la historia de Cvstodia, aporta una dimensión adicional a la experiencia del juego.

En términos de jugabilidad, Blasphemous 2 presenta mejoras muy agradables como unos controles del protagonista mejor ejecutados y la adición de nuevas armas y la capacidad de cambiar entre ellas otorga una capa adicional de estrategia al combate.

En The Game Kitchen logran ofrecer un excelente equilibrio entre la diversión y la dificultad del juego. La mecánica de exploración se ha mejorado, brindando un amplio mapa interconectado y numerosos secretos, fomentando la curiosidad del jugador y recompensando la exploración minuciosa.

Un punto no tan agradable es que ahora se te indica directamente hacia qué lugar ir, haciendo que se pierda ese sentimiento de estar perdido.

El aspecto técnico también ha evolucionado, con un pixel art aún más detallado y una dirección artística impresionante. Las animaciones de personajes y jefes han sido redefinidas, elevando la experiencia visual.

Blasphemous 2 es sin dudas una secuela exitosa que ofrece una experiencia envolvente, desafiante y estéticamente impresionante con su equilibrio entre continuidad y mejoras significativas, lo que lo posiciona como un título que puede cautivar tanto a los seguidores de la saga como a los nuevos jugadores.

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